En Iquique conocimos a una pareja de artesanos, pero artesanos de profesión, artesanos de pura sepa que ya se recorrieron el continente varias veces. Ellos son Mario y Rosmarie. Y como ambos íbamos hacia Arica, decidimos llevarlos en La Gorda. Estuvo genial hacer un tramo acompañados. Subimos todos los bártulos atrás y a ellos también, que viajaron acostados en el colchón. Lo mejor del viaje fue que paramos al costado de la ruta y Mario nos preparó choripán con huevo. Estaban riquísimos, y el paisaje rutero los hacía aún más deliciosos.
Les cuento que estamos en Arica, a unos pasitos del Perú. Nos quedamos junto a Mario y Rosmarie en la casa de unos amigos de ellos. Arica es una ciudad portuaria, que limita con Perú. Es la ciudad más al norte de Chile.
Vendimos en una feria que todos decían que se vendía bárbaro, pero nos fue re mal igual que a todos los artesanos que estaban allí. Lo que pasa es que es una feria tipo la salada y la gente iba a comprar cosas baratas. Las artesanías no son baratas por lo general. Pero aprovechamos para intercambiar saberes artesanales, y un chico me enseñó a tejer una florcita. Muy buena incorporación.
En un momento se nos acercaron unos Hare Krishna a preguntarnos si podíamos tejerles una cortina para su templo. Nunca habíamos hecho algo así, pero como teníamos cordones en La Gorda nos animamos. No saben que linda que quedó, es de cordón finito, con maderitas y con tejidos de macramé.
Y con esta última ciudad a nuestro paso, abandonamos al bello Chile. La verdad es que la pasé tan tan bien que ni me di cuenta de que se me pasaron los 3 meses de la visa de turista. Me di cuenta de casualidad, ya era de noche. Pero igual juntamos todas las cosas de la casa donde estábamos y partimos a la frontera, porque sino me iba a pasar dos días. Nos pasamos un día nada más pero por suerte ni se dieron cuenta. Zafé de la multita de 100 dolares. Como era de noche, decidimos quedarnos a dormir en la frontera para no entrar de noche a Perú. Igualmente muy temprano nos vinieron a despertar los pacos (policías chilenos) para que sigamos. Me re asusté porque hicieron mucho ruido con las sirenas al lado de La Gorda.
Siento melancolía por dejar atrás el país del huevón, el harto, los carretes, los pololos, filo, pito, pico, caleta, fome, poto, caxai, poh, carabineros, pacos… bueno y muchísimas palabras mas que me quedaron super pegadas. Y también de todos los recuerdos que me llevo de su gente, y de sus lugares.
Chile esto no es un «adiós», es un «hasta luego». Me encantó haberte conocido.