Ayer fue el Inti Raymi, que es la fiesta más importante de Cusco. Se hace todos los 24 de Junio, en el solsticio de invierno. Consiste en una ceremonia de adoración al sol. Viene gente de todo el mundo especialmente para verla y nosotros estuvimos ahí.
Fue una experiencia rara. Para comenzar el día, nos despertamos rodeados de gente, ya que en Cusco estuvimos estacionados enfrente al templo Koricancha, que es el lugar donde comienza la ceremonia. Por lo tanto nos levantamos rapidísimo a mover la Kombi, tratando de salir entre la multitud de personas que comenzaban a congregarse en la cuadra. Cuando finalmente logramos moverla, volvimos hacia el templo a presenciar el comienzo de la ceremonia. Fue lindo ver al Inca salir en su trono por el jardín del templo y dirigirse como en una procesión rodeado del resto de la población incaica hacia la plaza de armas de la ciudad.
Luego el acto continuó en Sacsayhuaman, un sitio arqueológico cercano a la ciudad. Se podía llegar caminando. Estaba lleno de artesanos, que esperaban ansiosamente el Inti Raymi porque se llena de turistas y hay mucha venta. Yo también tenía ilusiones de vender, pero finalmente con tantos artesanos tan buenos, me di cuenta que perdería el tiempo y preferí vivir esa fiesta sin perderme de nada.
Cuando llegamos allí vimos que estaba lleno de gente. Era dificil elegir con una buena vista. Había mucha gente que no parecía del todo interesada en la ceremonia, sino que más bien lo tomaron como un día de campo y se sentaron a comer cuy o jugaban al fútbol.
Entre ese clima extraño, no demasiado ceremonial, hubo algo que realmente nos sorprendió. El día estaba nublado, pero en un momento los soldados se dieron vuelta hacia el lado donde debía estar el sol como haciendo una reverencia, y de repente se asomó entre las nubes, iluminando todo. Fue muy raro. Y sentí como que tenía que ver con lo que estaba pasando.
Para finalizar el acto, sacrificaron una llamita. Me dio mucha pena. Luego de este acto se prohibió hacer el sacrificio real, según tengo entendido.
De todos modos la fiesta nos decepcionó un poco. A lo mejor teníamos mucha expectativa por lo que nos contaba la gente y otros viajeros. Nosotros pensábamos que era algo real, que continuaban los descendientes del pueblo incaico. Pero resulta que el Inca es un personaje elegido como en un casting y actúa. Es como si fuese un gran acto escolar pero con adultos. Son muchos actores que se «disfrazan» de Incas y realizan un simulacro por la ciudad y los alrededores. Además, el hecho de que la ceremonia se realice en las ruinas de Sacsayhuaman, un sitio arqueológico muy hermoso, no me parece del todo adecuado, ya que se congrega mucha gente que va a pasar una tarde en un parque. Se ponían a jugar al futbol, y había mucha bulla durante la ceremonia. Eso hacía que pierda un poquito de espiritualidad el asunto. Por otro lado, no se imaginan la cantidad de personas que había en el monumento arqueológico, y cómo quedó de sucio y descuidado cuando se fueron todos. Hay que cuidarlo más. Se conserva hace más de 500 años, y si siguen así en dos años se va a perder. A lo mejor deberían hacer el festejo en otro lugar..
Bueno, les cuento que hoy entramos gratis al museo Koricancha, templo del sol, ese que queda enfrente de donde dormimos. Unas chicas que trabajan ahí me compraron pulseritas, y me dijeron que nos iban a hacer entrar gratis, y hoy fuimos y entramos!
Es muy lindo, en la época de los Incas, era un templo donde adoraban al sol, la luna, el arco iris y las estrellas. Luego, en la época Colombina, los españoles destruyeron parte de ese templo, y lo convirtieron en el Monasterio de Claustro de Santo Domingo. Entonces allí dentro se pueden observar construcciones Incas, elementos que utilizaban, estudios sobre su civilización, y también muchas pinturas de religiosas hechas por indígenas luego de haber sido conquistados. Es super interesante.
Bueno y por último y cambiando de tema, les cuento que estuvimos parchando -vendiendo artesanías-, pero hubo un acontecimiento medio feo. A la tarde, estábamos muy tranquilos, charlando con artesanos, enseñándonos cosas mutuamente, con todas nuestras cosas desparramadas y de golpe gritan: ¡los municipales! y veo que una artesana agarra todas sus cosas como puede y sale volando. Entonces no se cómo reaccioné, y le dije a P: ¡rápido, juntemos!, pero ya era tarde, y habían como 15 policías municipales arrasando con todo. Entre ese todo, se llevaron nuestro tablero nuevo para poner los aritos, que habíamos comprado dos días antes en Puno, y que lo estábamos tratando de llenar, con ese entusiasmo de tener un chiche nuevo. Así que bueno, un bajón. Me quedaron las patitas temblando. Pero después lo tomamos mas tranquilos, y un amigo peruano fue a reclamarlo, hoy se lo entregaron, y ya está en nuestras manos por suerte. ¡Final feliz!
Sin más, ¡los quiero mucho! Besos
NOTA: Los post de Cusco no tienen muchas fotos, debido a que hemos sufrido un hurto de la cámara y no llegamos a guardar casi ninguna foto.