Yo creo que el viaje comienza cuando salimos de casa por lo tanto el traslado en el Catamarán Cacciola ya es parte de la aventura. De hecho, hay un tramo que ya lo conocía de haberme ido especialmente a Tigre y hacer una excursión por el Delta. Por lo tanto si bien habíamos madrugado, decidí ir todo el trayecto (o casi, debo confesar que unos 10 minutos me dormí) despierta admirando el río, los barcos viejos, los buques, la señalización portuaria etc etc. Soy ingeniera civil en vías de comunicación, y estudié sobre los puertos y los canales de navegación, por lo tanto esas cosas me llaman la atención.
Lo bueno es que podíamos ir en la parte trasera del catamarán, muriéndonos de frío, pero sacando fotos hermosas.
Al regreso el clima era más amigable porque zarpamos al mediodía. Además tuvimos el privilegio de viajar con Pablo Responsable Departamento Comercial de la empresa, que nos iba tirando datos muy interesantes. Por ejemplo nos señaló la Isla Martin García, y la papelera Botnia. Cuando fuimos, no tenía ni idea de que pasábamos cerca de la isla, y con respecto a la papelera veía salir humo y no detectaba de donde, pero me preguntaba si sería de Botnia.
Les dejo un videito para que disfruten del río conmigo desde la parte de atrás del catamarán:
Viaje Buenos Aires – Uruguay from Caminando por el Globo on Vimeo.
Y lo más asombroso de todo, es que en dos horas se puede estar en una pequeña ciudad de otro país, donde uno encuentra paz y tranquilidad. Hasta el aire que se respira es distinto. Es una rápida huida del bullicio de la jungla de cemento.
1 comentario
Una de las mejores escapadas que hice hace un tiempo.
Una ciudad linda, no tiendra mucho pero al recorrerla, le descubrís su encanto