Cuando supe que iba a ir un día y medio al Four Seasons de Carmelo, pensé «buenísimo, voy a ir a un lugar hermoso, a descansar y comer bien rico». Realmente no creí que viviría demasiadas cosas en un tiempo tan corto y menos que menos que viviría alguna aventura. Pero me sorprendí en varias ocasiones diciendo «es la primera vez en mi vida que hago esto». Por eso quiero compartirles 5 cosas que hice por primera vez en mi vida, en ese día y medio que estuve en Carmelo:
1º Hice una clase completa de Yoga
Por mi aspecto muchos creerían que soy experta en yoga. Pero la verdad es que nunca antes había hecho una clase completa de yoga. Tampoco tuve muchos intentos.
Cuando era chiquita en el club daban yoga, pero solo para los abuelitos así que durante bastante tiempo creí que eso era cosa de ancianos. Más de grande entendí que nada que ver y de hecho se puso bastante de «moda».
Y hace unos años fue mi primer intento: fui con mi mama a un lugar que ella conocía… y empecé a hacer la clase. – Esto me da vergüenza – de tanto subir y bajar, me maree y me bajó la presión. Por lo tanto no la completé y menos que menos la disfruté.
Pero en Carmelo fue re distinto. Eramos pocos, solo 5 alumnos y habían dos profesores. El lugar era perfecto, todo de madera con ventanales de vidrio y vista al río. Decorado hermoso. La profesora mostraba lo que había que hacer y el otro profesor nos corregía las posturas. Si bien sufrí un poquito porque nunca lo había hecho antes, estuvo bueno, me encantó y lo volvería hacer.
¡Por suerte cuando vaya a India ya habré hecho al menos una clase!
2º Me metí 15 minutos en un sauna:
Una experiencia bastante rara. Luego de pasar un buen rato en el yacuzzi entre varios bloggers, con Jime nos dijimos «¿vamos a ver que onda el sauna?». Y eso hicimos. No había nadie. Así que entramos en malla. Primero nos sentamos en la parte alta, pero yo no aguanté y me pasé a la baja. Hacía demasiado calor, 60º marcaba el termómetro. En el cuerpo no me molestaba pero sentía que me quemaba la cara. Dijimos de aguantar los 15 minutos que marca el reloj de sal, a ver si sudábamos y adelgazábamos (jajaja). Charlando y charlando empezamos a sudar terriblemente, nos daba orgullo las gotas de transpiración que rodaban por nuestras panzas, y a la vez nos sorprendían. Nunca transpiré así. Finalmente salimos satisfechas de una nueva experiencia y nos duchamos.
3º Cené con vino:
No se que creen ustedes, pero para mi siempre hubo una edad para cada tipo de bebida. Algunas me gustaron porque sí y otras las probé muchas veces tratando de que me gusten. El orden mío se que no es el de todos, pero así lo viví yo:
* De chica leche chocolatada (aunque solo me gustaba como me la preparaba mi mama y la mama de mi mejor amigo Roni).
* A los 17 cerveza, la tuve que «probar» muchas veces hasta realmente disfrutarla.
* A los 19 el té, con el cual me fanaticé porque era la única infusión «de grande» que tomaba.
* A los 22 en Colombia no me quedó otra opción que que me guste el café cuando me lo ofrecían con tanto amor.
* A los 27 yendo a colaborar a un barrio me empezó a gustar el mate ya que era lo único que pasaba de mano en mano. Había cometido el error de probarlo varias veces con edulcorante (como lo toma mi familia) y me parecía re feo. Cuando lo tomé amargo me empezó a gustar.
* Y ya estoy por cumplir 30 y quiero que me empiece a gustar el vino. Me encantaría que me guste y disfrutar una cena con un vino, así como un mimo, como algo especial. Y bueno en una cena en el hotel tuve la oportunidad de probar un vino típico de Uruguay, el «Medio y Medio», junto con la comida y me gustó, me tomé toda la copa. Pero bueno recién es un primer paso.
4º Me di un baño de inmersión con sales:
¿Ustedes vieron lo que era la bañera de la habitación? No me podía ir sin usarla. El primer día me bañé en el vestuario del sauna, con la esperanza de luego de cenar, volver a la habitación y hacerle honor a esa bañera. La verdad es que ese día llegamos a la habitación a las 12 de la noche, muertos de sueño porque nos habíamos despertado a las 5am, y encima con las panzas muy llenas. Así que caímos rendidos en la cama. Al otro día teníamos una actividad a las 11 de la mañana y teníamos que dejar la habitación a esa hora. Así que nos levantamos, fuimos a desayunar rápido (hasta habíamos pensado pedir el desayuno a la habitación) y luego nos volvimos a la habitación con la excusa de irnos a preparar el bolso, para darnos un buen baño de inmersión con sales. Muy relajante. Disfruté hasta el hecho de salir y ponerme la bata del hotel toda suavecita. Y bueno, ese fue mi primer (y único hasta ahora) baño de inmersión con sales.
5º ANDUVE A CABALLO
Nos llevaron a andar a caballo a un lugar hermoso llamado «Tierra de Caballos». No hay muchas palabras para agregar salvo que nunca antes lo había hecho y que lo disfruté muchísimo. El resto que lo digan las imágenes:
7 comentarios
jajajaja genial! Me reí con tu comentario y me acordé del calor que hacía ahí adentro, pfff pero… PRUEBA SUPERADA! 😉
Se nota que lo disfrutaron!
Que lindo!!! que gracioso lo de las bebidas!
muy buenoooo
Lo unico que hice en Carmelo fue sacar fotos e insolarme.
Y descubrir unos pancitos que no existen en ningún otro lado
Lo unico que hice en Carmelo fue sacar fotos e insolarme.
Y descubrir unos pancitos que no existen en ningún otro lado
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