Mi llegada a Paraguay fue bastante trastabillada. Pero empecemos por el principio.
Mi plan original era subirme al avión a las 8:40 de la mañana, aterrizar en Formosa a las 10:25, ir a la terminal de ómnibus y tomarme un cómodo micro hacia la ciudad de Asunción. Luego me irían a buscar a la terminal.
No puedo negar que el plan original me generaba cierto nerviosismo. Viajar y cruzar una frontera sola… tenía miedo de que me robaran, ya que por primera vez llevé mi computadora a un viaje.
Diez minutos antes de llegar al aeroparque, en el auto de mi papá, no sé por qué fue el momento de mayor nerviosismo. Luego despaché la mochila y me calmé. Entré a la sala de embarque dispuesta a esperar mi momento de subir al avión super tranquila. Faltaba una hora y media aproximadamente. El avión ya estaba demorado 20 minutos, pero hasta ahí todo normal. En resumidas cuentas, el avión tenía que salir a las 8:40 y terminó saliendo a las 14:00. El mientras tanto fue una incertidumbre total, todo el tiempo iban cambiando el horario de salida de nuestro vuelo. A todo esto, yo iba viendo que me perdía el micro de las 12:30 desde Formosa.
Tenía a una amiga de Formosa, Sabri, averiguando si había otro micro/forma de llegar a Asunción. Más una amiga nueva de Paraguay, Moni, haciendo lo mismo y diciéndome que lo mejor era que vaya a la frontera de Formosa con Paraguay que ella me buscaría allí porque obviamente llegaría casi de noche y si ya me daba miedito cruzar la frontera en el micro, imaginen cruzarla a pie y completamente sola.
La gota que rebalsó el vaso fue que me había olvidado el cargador de batería de mi celular y podía encenderlo de a ratos para no quedarme sin batería en el medio de la nada.
De todos modos disfruté mucho el vuelo, sino miren este breve video, donde les muestro el despegue entre edificios y el aterrizaje entre palmeras (recuerden ponerlo en calidad HD):
Un señor de mi avión que siempre viaja a Paraguay por trabajo, me dijo que podríamos compartir un remise hasta la frontera. Eso hicimos. Ya era bastante tarde. Cuando ya estaba cerca y encendí el celular para avisarle a Moni que estaba llegando, me dijo muy acongojada que se le había complicado en trabajo y que no llegaría a buscarme. Ahí sí que me puse mal porque además ya era de noche y no tenía ni idea de cómo llegar de esa frontera hasta Asunción. En el auto debatíamos entre todos qué me convenía hacer.
Finalmente me entró un mensaje de Ana María, la señora que me recibiría en Asunción, diciéndome que me bajara en la frontera Puerto Elsa, al lado de la que se bajaba mi compañero de viaje, y me tomara un colectivo directo hasta su casa. Pero un colectivo de frontera, que días antes me había pedido expresamente que no hiciera ese camino porque era muy peligroso. Igual ya estaba jugada. Estaba ahí. Y de noche. Así que lo hice.
Le pedí a Pedro, el conductor, que por favor me acompañara para indicarme donde tomar el bus. Resultó ser que la frontera era una especie de mercado. Pedro me condujo entre puestos que vendían “todo lo que uno puede imaginarse” hasta el lugar donde salían los colectivos. Cuando llegamos le pregunté “¿y dónde tengo que hacer el trámite de la frontera?”. A lo que respondió que la frontera ya estaba cerrada.
Por suerte en seguida me subí al colectivo. Era la única extranjera. Iba cargada con mi mochila grande, la pequeña y el estuche con la cámara de fotos. No pude viajar sentada. Pero en cuanto puse un pie arriba del micro, me di cuenta que viajaba con buena gente y me sentí segura.
El viaje duró dos horas. Durante la primera, lo único que podía observar era la espesura negra de la noche. Todo el camino fui conversando con alguien. Mejor dicho escuchando a alguien. Primero conversé con un señor porque tuve que apoyar mi equipaje contra él, y fue muy amable en ayudarme. Luego un hombre de un tamaño realmente grande y de aspecto rudo me contó la historia de amor de su matrimonio.
En medio de esas historias, pasamos por un control policial e instintivamente me tapé la cara y el pelo con un brazo, para que no se den cuenta que había una extranjera arriba del micro, ya que había ingresado al país de forma ilegal. En ese momento me concienticé de la mala decisión que había tomado. Y me puse a pensar en lo que deben sentir los millones de latinos que emigran a otros países de forma ilegal buscando un futuro para sus familias. Por un día me sentí parte de ese desafortunado grupo, tratando de pasar desapercibida y que la policía no me pida mis documentos.
Por último escuché las historias de un señor muy religioso que me tosía en la cara mientras me hablaba. Y finalmente llegué. Realmente exhausta, pero con todas mis cosas y con una impresión fantástica de los paraguayos; sabiendo que al día siguiente debería ir a regularizar mi situación en el país.
Eso hice. Me acerqué a migraciones y la única forma que había era pagar una multa. Pero con Guada decidimos volver a la frontera, salir sin llamar la atención y volver a ingresar. Me daba miedo hacerlo y que me atrapen. No la pasé muy bien. Encima llovía y hacía frío.
Por suerte, nuestro angelito paraguayo, Moni, nos llevó y junto con Guada me acompañaron todo el tiempo. 24 horas más tarde, dejé de ser una Argentina de ilegal en Paraguay. Paradójico siendo que en Argentina hay muchos paraguayos ilegales que sufren lo mismo que sufrí yo, pero como una rutina diaria.
13 comentarios
Pero todo fue genial! =D
Ufff tremenda la frontera de Paraguay!
Nosotros no estuvimos ilegales en Paraguay de casualidad. Estábamos en Iguazú y nos habían advertido que era complicado hacer migraciones así que tuvimos preguntamos a 10 personas distintas cómo era el trámite si pasábamos en micro. Algunos nos decían que nos dejaban ahí y después teníamos que cruzar el puente internacional caminando. Finalmente le tuvimos que pedir por favor al chofer que parara para que nos sellaran el pasaporte. Afortunadamente, viajamos un domingo a la mañana y la aduana estaba tranquila así que el micro paró y nos esperó. Por suerte cruzamos la triple frontera de manera legal!
jajaj Bueno al regreso la crucé en micro de Asunción a Formosa. Y llevan todo un listado con los pasajeros que viajan y controlan que todos los del listado pasen por la ventanilla de Migraciones de Paraguay y la de Argentina. Yo no había hecho la salida de argentina, entonces quería evitar la ventanilla para hacer la entrada a argentina. El chofer me dijo que no podía safar porque estaba en la lista y que iba atener que pagar una multa. Finalmente pasé y no me dijeron nada 🙂
Increíble relato Tati, cuando fue esto?
el 1 de Julio cuando llegué a Paraguay 🙂
Qué relato! Me imagino la situación, y de verdad que da para pensar sobre la realidad que millones de personas viven… personas que van de un país a otro, que emigran, que lo hacen de esa manera.
Que bueno que todo se haya regularizado.
Saludos! 🙂
Sí, si así me sentí por un rato me imagino lo que debe sentir esa gente 🙁
ay si, ay si…
Excelente relato!! Creo que llegue a se tir miedo en la parte del bus, pero gracias a Dios todo salio bien. saludos desde Colombia .. Ya quiero leer el resto!!
Sí, si así me sentí por un rato me imagino lo que debe sentir esa gente 🙁
el 1 de Julio cuando llegué a Paraguay 🙂
jajaj Bueno al regreso la crucé en micro de Asunción a Formosa. Y llevan todo un listado con los pasajeros que viajan y controlan que todos los del listado pasen por la ventanilla de Migraciones de Paraguay y la de Argentina. Yo no había hecho la salida de argentina, entonces quería evitar la ventanilla para hacer la entrada a argentina. El chofer me dijo que no podía safar porque estaba en la lista y que iba atener que pagar una multa. Finalmente pasé y no me dijeron nada 🙂
[…] las 24 horas, y el segundo solo abre hasta las 18 horas (yo no contaba con esta información y terminé entrando de ilegal a Paraguay). Luego de cruzar la frontera deberán tomar un colectivo (bastante viejo) hasta la ciudad de […]