Nuevamente y como no me gusta, contratamos un tour. En este caso porque queríamos conocer Palenque antes de irnos hacia la playa.
Nos levantamos a las 5am estábamos listas y esperando el tour que nos iba a pasar a buscar por el hotel. Paso un rato y se hicieron las 5:30 y se me hacía raro que sean tan impuntuales. Luego se hicieron las 6 y empecé a indignarme o a pensar que se olvidaron de nosotras… luego las 7… y confirmamos que se olvidaron de nosotras o pensábamos que nos habían estafado. Encima no podíamos hacer nada porque la agencia estaba cerrada hasta las 8. Muerta de la rabia, cuando la agencia abrió fui como un toro a quejarme. Yo le decía a mi mamá: «voy y les rompo todo» y de a ratos nos agarraban ataques de risa de ver lo furiosa que yo estaba. Finalmente nos mandaron una camioneta re grande con un chofer re buena onda ¡solo para nosotras dos! y no tuve soportar a los turistas noños!!! iupiiiii
No se si saben, pero manejando yo solita llegué hasta el norte de Colombia y regresé a mi país. Al volante soy invencible… pero en el asiento del acompañante o viajando atrás soy la peor del mundo. No puedo fijar la vista porque me descompongo y hasta a veces me pasa sin fijar la vista. Bueno la cuestión es que al principio todo re lindo, hablando con el chofer, de su vida, de los zapatistas, de los pueblos originarios de esa zona etc etc etc, lo entrevisté masomenos, pero al rato empecé a marearme y cada vez me puse peor. Unas cuantas horas después llegamos a una cascada llamada Misol-Ha y yo sentía que era un flan y estaba a punto de morir. Me puse la malla y me metí al agua, que estaba bastante fría, para revivir. Y lo logré, me recuperé bastante. Pero como habíamos salido re tarde, teníamos que hacer todo a las apuradas. Igualmente el lugar no me pareció para nada especial.
Seguimos viaje unas horas más, y llegamos a Cascadas de Agua Azul. Es un lindo lugar pero, el agua, de azul no tenía nada. Había llovido y el agua estaba revuelta con muchos sedimentos en suspensión (me salió la ingeniera de adentro), razón para que el agua azul brillante se transformara en verde. Pero el lugar es lindo. Descansamos un rato luego de tanto viaje, estiramos las piernas y nos comimos una empanaditas de frijoles riquísimas.
Luego continuamos rumbo a las Ruinas de Palenque con el chofer manejando a toda velocidad. Y llegamos a las ruinas media hora antes de que cerraran. Mis pupilas se abrieron al máximo intentando captar toda esa hermosura, esa cultura, esa perfección que tenía ante mis ojos. Me sentía en una película. Fue la primer ciudad de la cultura Maya que conocí. Había visto muchas ruinas, pero éstas eran las primeras Mayas. Eran distintas a todas las demás. A pesar del poco tiempo, nos quedamos hasta que nos echaron y las disfrutamos mucho y las sentimos. Encima se largó a llover.
Por último fuimos a la ciudad de Palenque. Una ciudad común y corriente pero con ese no se qué que tienen las ciudades que no son turísticas. Nos tomamos un heladito y nos quedamos haciendo tiempo en la plaza, viendo a unos señores tocar la marimba y a la gente «haciendo plaza».
2 comentarios
hola..me gusta todo de estas culturas espero algun dia poder viajar,te felicito por el informe que hiciste…..
muy buenas las fotos, que organizados que están , anuncian las distancias hasta los sitios de venta de juguetes sexuales