Volví hace tres meses de mi viaje. Y ahora cuando debería estar empacando todas mis cosas para mudarme a Ecuador en seis días, siento la necesidad de escribir. De escribir esto. De responder a cada uno de los miedos que tenía antes de salir al viaje por Asia. Será una forma de cerrar aquel viaje. ¿Será que no quiero que se me escapen las ideas de los recuerdos y sentimientos que tuve? ¿o que es una forma de combatir mis nuevos miedos y decirme a mi misma que todo estará bien?. No se, pero aquí estoy.
En Abril de 2016 escribía el post «Confesión Pre-Viaje: Tengo muchos miedos» y describía cada uno de ellos. Algunos más tontos, otros graciosos y otros preocupantes. Pero acá estoy, y superé cada uno de ellos con creces, tanto que al final el viaje fue más de casi un año y medio.
Vamos a ver cómo hice para superar cada miedo.
Bueno, exageraciones al margen, claro que no morí. Regresé y con mis sobrinas fue como si no hubiese pasado el tiempo. Se acordaban de mi perfectamente. Aunque cuando una de mis sobrinas me vió, Oli, decía «Tati», miraba el celular y me miraba a mi. Era como que la tía de los videos se salió de la pantalla. Es que para que no se olvidaran de mi les mandaba videos haciendo globos, o cantando la canción de la vaca Lola al lado de una vaca real, y cosas así. Entonces ellas pedían que les pongan mis videos una y otra vez. Ni hablar que los padres siempre les hablaban de mi. Lo que mas me impresionó es que se acordaban todos nuestros códigos, las cosas que yo les hacía. Pero también nació un sobrinito nuevo y eso no fue tan fácil, aunque lo vi cuando tenía un mes que vine de visita 15 días, me moría por besuquearlo y que sepa quién soy.
Sí, los extrañé. Extrañé muchísimo no estar en sus juntadas y momentos especiales. Una de mis mejores amigas se casó y para acompañarla le mandé todos los días del ultimo mes, una foto con un cartel con la cuenta regresiva de su casamiento, cosa que no fue fácil estando en China y Pakistán, y la diferencia horaria y todo eso. Al final terminamos sintiéndonos juntas a la distancia, a tal punto que cuando la llevaban en el auto al altar, estuvimos juntas en el teléfono hasta que hizo la entrada triunfal de la novia.
Mi mejor amigo, mi hermano, con el que somos amigos desde que nacimos, puso fecha de casamiento justo para un mes antes de mi pasaje de vuelta original. Fue un dilema que me atormentaba. ¿Qué hago? ¿Me vuelvo un mes antes, cambio el pasaje y listo? La verdad es que no quería terminar el viaje y tampoco quería perderme ese casamiento tan especial para mí. La cosa se puso más fácil cuando cancelamos el pasaje de vuelta, así que decidí volver 15 días al casamiento y regresar a Asia. Fue la mejor decisión que podría haber tomado. Que de hecho me hizo recobrar fuerzas y seguir viajando medio año más.
Obviamente los países por los que anduve no eran los más confortables, ni limpios ni con una gran infraestructura para el turismo. Pero la verdad es que no recuerdo sentir tanto asco y esas cosas. Creo que lo mejor que tenemos es la capacidad de adaptación. Y la posibilidad de tener una ducha cerca para bañarnos y así hacer borrón y cuenta nueva.
Con respecto a baños y trenes solo voy a contar esto: Nos subimos a un tren en India sin pasaje un viernes de vacaciones. Iba llenísimo y nos tocó viajar 16 horas en el fuelle del tren al lado del baño. Sentados en el piso que todos pisaban al salir de hacer sus necesidades. Respirando el olor a cada rato. Osea si sobreviví a eso puedo sobrevivir a lo que sea.
No me ha pasado. Varias veces hemos tenido la suerte de estar en casas de familia que nos hicieron sentir en casa. También nos han hospedado en hoteles muy lindos y en general estuvimos bastante cómodos en nuestros hogares temporales.
Bueno este miedo se materializó a la perfección. Todo el viaje sufrí con el tema del picante. Yo creía que sería solo en Pakistán e India, pero fue en todo Asia. Aunque en Pakistán, India, Omán y China fue donde más lo sufrí. En realidad cuanto menos turístico es el país, menos entienden que cuando pedimos sin picante es SIN picante.
En los lugares donde entendían inglés tenía que especificarles: NO SPYCE, NO CHILLI, NO BLACK PEPPER (cuanto más rústico el inglés mejor). Y en otros lugares como China, llevaba un papelito con eso mismo escrito en mandarín. Prefería perder mi pasaporte antes que ese trozo de papel.
Ahora debo reconocer que en una escala de 0 al 10, mi tolerancia aumentó al nivel 3, y eso es muy bueno.
Ahora que miro hacia atrás no recuerdo como un problema el idioma. Al principio del viaje en Irán le puse mucha garra al farsi y hasta logre hacer las compras diciendo palabras, frases y números en farsi. Sabía muchas palabritas y me encanta. Luego me puse más vaga porque en el resto de los países hablaban más inglés, con excepción de China. Pero era divertido el reto.
A veces digo que extraño la impunidad que nos daba hablar un idioma que nadie más que nosotros entendía. Podíamos decir lo que quisiéramos, cuando y donde quisiéramos. Discutíamos adelante de la gente si nos parecían bien los precios o si seguíamos regateando, o si alguien nos daba desconfianza. Eramos los reyes.
Pero fuera de chiste, en esas situaciones no queda otra que rebuscárselas. Con señas, traductores, fotos y como se pueda.
Y sí… lógico. Pero por suerte lo tenía a Javico que parecía local en todos lados. En serio, en todos los países que visitamos él jugaba de local. Lo más gracioso es que yo parecía «la gringa boluda» con el guía.
En Buenos Aires no podía caminar más de dos kilómetros sin que me agarrara un dolor muy fuerte en la rodilla. Hice kinesiología, gimnasio, todo, pero no lograba recuperarla bien. Me compré una rodillera alemana carísima para poder caminar en el viaje. Todos sabemos que viajando se camina muchísimo.
Bueno, al segundo día de viaje en Estambul decidí sacarme la rodillera porque era muy incómoda. Y nunca me dolió la rodilla viajando. Caminábamos hasta 20 kilómetros por día. Hicimos el Trekking del Annapurna que tenía millones de escalones y casi que no me dolió. ¿Milagro?… yo creo que sí…
Miedo superado. Hay que lidiar con esto inevitablemente. Nosotros hicimos en Argentina las visas que dirigieron nuestros primeros meses de viaje: Irán,Pakistán y China. Luego en algunos países no hemos necesitado hacer la visa con anterioridad sino que la hicimos al arrivar. Y en el camino tuvimos que sacar visas de: Vietnam, Tailandia (solo Javico),Myanmar, India.
El cruce de frontera que nos estresó muchísimo fue para entrar a Israel. Todos dicen que si viajas a Irán luego no es posible ingresar a Israel. Me lo dijeron incluso en la embajada de Israel en Argentina. De todos modos lo intentamos y derribamos un mito más: ingresamos a Israel con pasaportes que tenían la visa de Irán y extensión de la misma, visa de Omán, Pakistán, Malasia y Jordania.
La verdad es que en ningún momento dije: «uy me gustaría estar viajando con la kombi por acá». Creo que la capacidad de adaptación del ser humano es impresionante. Yo quería experimentar otra forma de viajar, y viajar a dedo fue una experiencia totalmente enriquecedora.
Me sentí asustada los dos primeros días porque llegamos al país por Karachi, la ciudad más poblada de Asia con casi 25 millones de habitantes. Es una ciudad que apabulla a cualquiera, y más cuando uno llega al supuesto país más peligroso del mundo y se encuentra con un señor que parece que tiene sangre en la cabeza pero anda sonriente, o escucha fuegos artificiales que parecen disparos o ve guardias y civiles armados por todas partes.
Pero lo paradójico de este miedo mío, es que Pakistán terminó siendo mi país preferido de este viaje. Y escribí sobre todos los peligros que te pueden acechar en Pakistán, el país más peligroso del mundo.
Tres meses después de volver puedo decir que Javico consiguió un trabajo en Ecuador y yo volví a trabajar con el ingeniero con quien había trabajado los últimos seis años menos de un mes luego de haber regresado.
Volví, tengo 33 años, y estoy muy bien. Llegué a Ecuador hace dos días y estoy contenta de poder empezar de nuevo con todo lo aprendido en el viaje y mis años de vida.
Me encantó. Íbamos a viajar por un año y terminamos viajando por 16 meses. Si no fuera porque Javico quería volver y porque tenemos otros proyectos y ganas de asentarnos… hubiese seguido de largo.
Este post lo hice para darme cuenta yo, y a lo mejor otros que tengan los mismos temores en este momento, que todo se supera, que los fantasmas se esfuman y todo fluye con naturalidad cuando uno hace las cosas que realmente desea. Así que ¡que los miedos no nos frenen ni por un instante!
10 comentarios
Me encantó!!! También me voy de viaje en unos mesas, aunque por America y tambien tengo miedos, esos y otros! Capaz tambien haga una lista y después vea como lo supero , me gusta la idea!
Que bueno, me encantaría leerlo! el antes y el después. Y si venís por Ecuador avisa 🙂 estamos viviendo en Loja. Abrazos y suerte en tu viaje!
Me encantó!!!!
Gracias Vitito!!!!
Gracias por compartir esto Tati! Hace poco empecé a seguirte y me gusta cómo transmitís. Dentro de unos meses empiezo a viajar sin fecha de regreso y comparto estos miedos con vos. Una parte muuuy grande de mi le gana a la parte pequeña de los temores, por eso nos vamos decidiendo a viajar… pero están ahí, y es alentador una y otra vez leer más relatos de superación. Beso enorme!
Me alegra y mucho y así es, hay que superarse! mUchas gracias por tu lindo comentario 🙂 Abrazos!!!
Tati… Me has transmitido tanto con tu experiencia. Cuánto coraje en cada paso… gracias por compartirlo y sembrar esa gran frase hecha realidad. .. todo es posible…y hablar de los miedos…esos que hoy no cotizan en bolsa… Salvo para quienes con humildad y todos sus miedos dan el primer paso… Bravo!!! Abrazo de oso desde Neuquén!! Pronto vendra mi Kombi y el CIELO que todo lo puede dirá hacia dónde y cuándo..
Que lindo mensaje Yessica! Muchas gracias y te deseo lo mejor en tu viaje en kombi! a superar esos miedos. Abrazo grande!!!
de chico escuchaba que el que tenia miedo no va a la guerra, de adulto, aprendi que los sueños, nuestros sueños no se hacen relidad hasta que no tengamos el valor de salir tras de ellos. y a proposito de habitar ecuador, es algo que sire de complemento a tu estilo de vida, estilo que estoy seguro no te dejara estancarte en un solo luga, besos, abrasos y que sigan esa bendiciones
Sí es muy cierto! Gracias por el lindo comentario 🙂